Seguimos donde lo dejamos en nuestro anterior post sobre la historia de los videojuegos a través de la publicidad. A finales del año 1995, y ya con las consolas de nueva generación en el mercado (la Playstation de SONY y SEGA Saturn) las consolas de 16 bits hacían lo que podían para mantener el tipo, algo complicado teniendo en cuenta contra lo que se enfrentaban. Además, la chavalería de la época estaba ansiosa por hacerse con una de esas nuevas consolas cargadas de juegos poligonales que tan de moda estaban por aquel entonces. Por el contrario, la Game Gear de SEGA y en especial la Game Boy de Nintendo seguían al pie del cañón y sin futuros competidores en el horizonte en el sector de las consolas portátiles.
Capítulo 2: de sprites a polígonos, el declive de la generación de los 16 bits
A comienzos del año 1996 y tras las primeras navidades con las consolas de nueva generación en el mercado, el ritmo de lanzamientos para las consolas de 16 bits (especialmente en el caso de la SEGA Mega Drive) se vio bastante mermado. SEGA centró todos sus esfuerzos en su nueva consola, la Saturn, dejando de lado a Mega Drive, consola que la había dado grandes éxitos y satisfacciones con una muy buena base de usuarios tanto en España como a nivel internacional, aunque también es justo recordar que la consola de SEGA llegó al mercado casi dos años antes que su principal competidora, la Super Nintendo.
Un detalle importante a destacar, y que pesaría en muchos usuarios durante años, es el enfado que produjo en muchos de los que habían apostado por cualquiera de los add ons lanzados por SEGA para su Mega Drive (Mega CD y Sega 32x) el mencionado abandono por parte de la compañía nipona. La gran mayoría no comprendían cómo un dispositivo en el que habían invertido miles de pesetas hacía tan sólo pocos meses había sido prácticamente abandonado por la compañía en detrimento de su nuevo sistema, algo que perseguiría a SEGA casi hasta sus últimos días como desarrolladores de hardware. Y todo esto, mientras los usuarios de Super Nintendo seguían recibiendo títulos de primer nivel a un ritmo constante, con lanzamientos durante estos primeros meses del año de la altura de Secret of Evermore, Donkey Kong Country 2, Killer Instinct, Super Mario World 2 o Final Fight 3.
Una de las third parties que mantuvo hasta el final su apoyo a ambas consolas fue Disney, compañía que nos tenía habituados a juegos basados en sus películas de una calidad asombrosa. Ese año destacó con nombre propio el lanzamiento de Toy Story, que al igual que la película homónima fue un gran éxito de ventas. También Pinocchio o Pocahontas cosecharon buenas ventas en ambas plataformas.
Con las navidades del año 96 a la vuelta de la esquina, no era difícil darse cuenta (y más con la perspectiva del tiempo a nuestras espaldas) lo que ocurría en el mercado. SEGA estaba centrada en intentar hacerse con el dominio de la nueva generación de los 32 bits, en la que parecía que tras pocos meses en el mercado la consola de SONY comenzaba a sacar distancia a su competidora en cuanto a número de unidades vendidas se refería. Esto llevó a SEGA a reducir el precio de Saturn y realizar agresivas campañas de publicidad durante la campaña navideña para intentar animar sus ventas.
Mientras tanto, Nintendo vivía “a su aire” (como siempre ha sido habitual en la compañía), manteniendo un buen ritmo de lanzamientos para su Super Nintendo y con Game Boy dominando sin rival el mercado de las consolas portátiles, lanzando incluso un rediseño de la misma, la Game Boy Pocket. Por aquel entonces se comenzaban a ver las primeras reviews de juegos para la que sería su próxima consola, la Nintendo 64 (conocida en un primer momento como Project Reality y más tarde como Ultra 64). SONY, la “recién llegada”, veía como su consola cosechaba unas ventas más que destacables, en gran parte gracias a sus buenos lanzamientos y sus agresivas campañas de publicidad.
Entrando ya en el año 1997 (¡y pensar que han pasado 20 años!) y echando la vista atrás, recordaremos este año como el que las consolas de nueva generación se terminaron de asentar en el mercado, en gran parte gracias a su paulatina reducción de precio, y como no, a las ganas y esfuerzo de muchos jugadores que nos dejamos los duros para disfrutar de los nuevos sistemas. También fue el año en el que Nintendo 64 llegó a nuestro territorio. Pese aunque aún muchos no dábamos por muertas a nuestras queridas consolas de 16 bits, ya era evidente que las compañías daban por hecho que esta generación estaba llegando a su fin.
Destacar que Super Nintendo aún mantenía el tipo con algunos lanzamientos de nivel, pero especialmente Mega Drive llevaba meses sumida en una sequía de nuevos títulos que nada agradó a los muchos usuarios que seguían queriendo disfrutar de su sistema, especialmente los que no hacía tanto tiempo y con la esperanza de alargar la vida de su consola habían adquirido un Sega 32x e incluso el Sega Mega CD, los caros add ons lanzados por SEGA para la Mega Drive y que llegaron tarde a nuestro país, además de recibir pocos títulos como mencionábamos anteriormente.
El 10 de marzo de 1997 llegó a nuestras tiendas la Nintendo 64, consola con la que Nintendo entraba definitivamente en la next gen. Para intentar recuperar el tiempo perdido frente a sus competidoras durante los casi dos años que éstas llevaban en el mercado, Nintendo España lanzó una agresiva campaña de publicidad donde se ensalzaban las virtudes tanto de la propia máquina como de sus juegos frente a su “desfasada” competencia, haciendo valer su mayor capacidad técnica, algo de lo que Nintendo se había alejado en generaciones anteriores. Por el contrario, SONY, que gozaba ya de una posición dominante, lanza la serie Platinum, con sus grandes títulos a precio reducido y una fuerte inversión publicitaria detrás, además de bajar el precio de su consola hasta las 24.995 pesetas. Toda una declaración de intenciones frente a Nintendo, a la que no le sería fácil recortar distancias con una recién llegada en esto del mercado de los videojuegos como era la Playstation.
Mientras parecía que la batalla se comenzaba a decidir entre la nueva consola de Nintendo y Playstation, ya eran muy pocos los títulos que llegaban para los anticuados sistemas de 16 bits. Super Nintendo tuvo el privilegio de ver su ciclo de vida algo más estirado que el de su principal rival, recibiendo aún títulos del calado de Kirby’s Fun Pack o una de sus joyas más recordadas, Terranigma, que hizo las delicias de los amantes de los RPGs del cerebro de la bestia. Y no serían los últimos títulos de calibre que recibiría.
Acercándonos al verano, y con un auténtico aluvión de títulos en el horizonte para la 32 bits de SONY (algo que como veremos casi se convirtió en una tónica durante sus años en el mercado) a Nintendo no le quedó más remedio que reducir el precio de su nueva consola hasta las 29.995 pesetas, con apenas 3 meses en el mercado. Otro detalle a tener en cuenta además del precio de la propia consola era el precio de los juegos en formato cartucho, sensiblemente por encima de los juegos en CD de la competencia, detalle también determinante a la hora de que los nuevos usuarios se decantasen por un sistema u otro.
Finalizando el año y de nuevo con la campaña navideña encima, SEGA decide echar el resto con su Saturn, viendo que estaba quedando rezagada a la sombra de sus dos principales competidoras. La inversión publicitaria realizada en los últimos meses del año fue muy potente, culminándose en el mes de diciembre con una bajada de precio de su consola hasta las 19.995 pesetas, precio rompedor en su momento pero que no le valió para animar las ventas y poder plantar cara con ello a Playstation y Nintendo 64, que se estaban llevando a su terreno a la gran mayoría de nuevos usuarios.
Algo de lo que quizá SEGA tardó demasiado tiempo en darse cuenta fue la paulatina perdida de confianza de muchos de sus seguidores, y que hizo que muchos de esos usuarios se decantaran por sistemas de otras compañías (y a los que tras el lanzamiento de Dreamcast habría que dar la razón, aunque hablaremos más tarde de este tema). El lanzamiento a finales de año de Final Fantasy VII, elegido en numerosos medios como el juego del año, fue también uno de los puntos fuertes de la consola de SONY de cara a las navidades, juego que por sí mismo consiguió vender unas cuantas consolas para la firma nipona.
El tiempo, como viene siendo habitual, siguió pasando, y llegamos con el al año 1998. Este año posiblemente será recordado por la cantidad de grandes títulos que llegaron a nuestras consolas, así como por el anuncio por parte de SEGA de la que sería (quizá prematuramente) la sucesora de Sega Saturn y tristemente su último sistema hasta la fecha, Dreamcast. Las consolas de 16 bits eran ya prácticamente un mero recuerdo para muchos de los usuarios, especialmente los de Sega Mega Drive. Para Super Nintendo aún llegarían este año algunos títulos, y de calidad, pero prácticamente como una anécdota en un mercado plagado ya de juegos tridimensionales para las consolas de la actual generación. A nivel publicitario, y como era de esperar, las compañías centraban todos sus esfuerzos en dar a conocer los últimos lanzamientos para sus plataformas actuales, dejando de lado a aquellos usuarios que seguían queriendo disfrutar de sus ya pasadas de moda consolas de 16 bits.
Otro gallo cantaba para la consola portátil de Nintendo, la Gameboy, que reinaba prácticamente en solitario sin más rivales en el horizonte que su propia sucesora, GameBoy Color, que llegaría al mercado a finales de año. Juegos como Wario Land 2, Pocket Bomberman o King of Fighters seguían manteniendo pegados a la consola a cientos de miles de usuarios alrededor del mundo, y Nintendo seguía manteniendo una fuerte inversión publicitaria para su pequeña, que convivía en armonía junto sus sistemas de sobremesa. Pese a que para muchos ya estaban muertas, lanzamientos como Lufia para Super Nintendo siguieron haciendo disfrutar a muchos de los que aún gozábamos con nuestras viejas consolas.
En mayo tuvo lugar una de las ferias E3 (Electronic Entertainment Expo) que más se recuerda en el sector. Celebrada en Los Ángeles, las compañías no desaprovecharon la oportunidad de mostrar los nuevos títulos en los que estaban trabajando, y en casos como el de SEGA su nueva máquina, la Dreamcast.
Mientras que SONY mostraba con orgullo juegos del calibre Final Fantasy VIII, Tomb raider 3, Parasite Eve, Metal Gear, Spyro the Dragón, Silent Hill, Crash Bandicoot 3 y un largo etcétera, los usuarios de Saturn veían las orejas al lobo, con SEGA centrada en mostrar las virtudes de su nueva máquina, pero sin apenas lanzamientos de renombre para su actual sistema. Muchos ya se temían que ocurriese algo parecido a lo que pasó con Mega Drive y sus famosos addons, que SEGA la dejase de lado, y lo cierto es que no andaban del todo desencaminados. Una pena sin duda, cuando Saturn gozaba de bastante buena salud en suelo japonés, con muchos más lanzamientos que en nuestro territorio, juegos en muchos casos de gran calidad que nunca llegaron a salir de las fronteras niponas.
Mientras tanto, Nintendo seguía buscando hacerse con el trono de la generación, y a lo largo del E3 nos enseñaron los grandes lanzamientos que nos tenían preparados, entre los que destacaba con nombre propio The legend of Zelda: Ocarina of Time. Otros juegos como Wipeout 64, Castlevania 64, Turok 2 o Conquer’s Bad Fury Day tampoco dejaron indiferente a nadie, mostrando lo que la consola de Nintendo podía llegar a ofrecernos. Por si fuera poco, y coincidiendo con la ya mencionada feria, Nintendo rebajaba en nuestro territorio su consola hasta las 24.990 pesetas, equiparándose a su competencia, lo que unido a los numerosos anuncios de nuevos lanzamientos y una fuerte campaña en las publicaciones del sector hizo que repuntara a nivel de ventas.
Acercándonos una vez más a la campaña navideña, SONY rebajó el precio de su consola hasta unas tentadoras 19.990 pesetas, lo que unido al aluvión de títulos que estaban llegando para la gris hizo que aumentara, aún más si cabe, sus ventas. Nintendo no tuvo más remedio que igualar a su Nintendo 64 en precio con la consola de SONY para no perder más distancia frente a su competidora directa, pocos meses después de haber ya reducido su precio. También fue en el mes de noviembre cuando tras muchos años en el mercado llegaba finalmente una sucesora para nuestra querida Game Boy, la Game Boy Color, que sin apenas competencia en el mercado (SEGA ya daba por perdida la batalla con su Game Gear sin prácticamente recibir títulos) que continuó con el éxito de su predecesora, siendo compatible con todo su catálogo además de mantener un consumo de baterías muy ajustado pese a la nueva pantalla a color.
Fue en abril de 1999 cuando Sony, quitándose ya el estigma de ser la recién llegada de la industria, presentaría a nivel internacional la que sería la sucesora de su exitosa primera consola de sobremesa, Playstation 2, aún sin dar demasiados detalles. Esto fue un aviso importante al resto de compañías: el éxito de Playstation no había sido casualidad, y habían entrado en el mundo de los videojuegos para quedarse. También en abril llegó al mercado europeo Neo Geo Pocket Color para intentar rivalizar con la Game Boy de Nintendo, apenas pocos meses después de la llegada de su versión en blanco y negro. Desde luego, complicada tarea para una consola recién llegada competir con un sistema completamente asentado como lo era la portátil de Nintendo en nuestro territorio. Por otro lado, la inversión publicitaria no estuvo a la altura del lanzamiento, no cumpliendo las expectativas. Sólo en Japón fue capaz de al menos hacerse un hueco en el mercado, donde SNK si tenía una base interesante de usuarios.
Como veía siendo habitual, en el mes de mayo tuvo lugar una nueva edición de la feria E3, y fue en esta edición cuando comenzamos a ver títulos de lo que sería la generación de los 128 bits, especialmente por parte de SEGA que “dio por perdida” la batalla de la actual generación, al menos en nuestro territorio, y centró sus esfuerzos en intentar impresionar al mundo con la potencia de su nueva Dreamcast, con títulos como Resident Evil: Code Veronica, Soul Calibur, Shenmue, Power Stone o Castlevania Resurrection entre muchos otros.
También fue en el último E3 del siglo XX donde se pudo jugar por primera vez a la esperada PlayStation 2, concretamente a una demo técnica de la que sería la próxima entrega de la saga Gran Turismo, y que dejó boquiabierto en su momento a más de uno. Nintendo por su parte comenzó a hablar de la conocida en aquel momento como Project Dolphin, consola que como hoy sabemos meses después se materializó en una de las consolas más queridas (y menos comprendidas) de Nintendo, la Game Cube.
Y sí, mientras unos y otros se empeñaban en mostrar quien la tenía más larga si alguien ganó tras este E3 fueron sin duda los usuarios de la Playstation de SONY, que vieron la avalancha de grandes títulos que se avecinaban en un futuro próximo. Sin duda alguna, pese a que SONY nos mostrase por primera vez las bondades de su nuevo sistema de 128 bits, no se apreciaban aún intenciones de dar de lado a la gran base de usuarios que habían apostado por su sistema. Con el anuncio de títulos de la categoría de Resident Evil 3 Nemesis, Fear Factor, Dino Crisis, Crash Team Racing, Gran Turismo 2, Spyro 2 o Suikoden 2 entre muchos otros la consola de SONY no daba síntomas de fatiga tras 5 años en el mercado.
Mientras las grandes compañías seguían peleando, ya entrado el verano, por el trono de la generación, Nintendo disfrutaba de su hegemonía en el mercado de las consolas portátiles. Con GameBoy Color en plena expansión, fueron llegando algunas remasterizaciones de títulos clásicos (básicamente, se les añadía color y alguna novedad) para la pequeña de Nintendo, como The Legend of Zelda: Link´s Awakening DX o R-Type DX entre otros. Meses más tarde, y tras un apabullante éxito a nivel mundial, llegarían a nuestro mercado los dos primeros títulos de la famosa saga Pokémon, las ediciones Rojo y Azul, que como no hace falta recordar repitieron éxito en nuestro país, éxito que aún dura a día de hoy.
Finalmente, y tras meses de espera, el 14 de octubre de 1999 (y tras unas semanas de retraso respecto a la fecha prevista) llegó a nuestro territorio Dreamcast. Personalmente, y como seguero de toda la vida, la compré el día de lanzamiento tras meses y meses ahorrando (39.990 pesetas de la época, lo que serían 240€ al cambio actual, aunque no es una conversión del todo realista). Nunca pensé en ese momento que, además de estar ante el último sistema de una compañía ya legendaria como SEGA, sería la consola que pondría, durante mucho tiempo, el punto y final en mi trayectoria como jugador de títulos actuales y que me haría comenzar a echar la vista atrás y empezar en esto que hoy (de mejor o peor forma) se denomina coleccionismo de videojuegos clásicos.
Dreamcast, además de adentrar a todo un universo de jugadores en los sistemas de 128 bits (denominación que empezaría a dejar de tener sentido en generaciones venideras) fue el primer sistema de masas en el que pudimos disfrutar del juego online, tan extendido a día de hoy. Para muchos de nosotros, es difícil olvidar la sensación que aportaba el poder jugar a títulos como Phantasy Star Online o Unreal Tournament con jugadores a lo largo y ancho del planeta. También fue para muchos el primer contacto con la red de redes, con internet, que aún no estaba del todo extendido en nuestro país.
Llegamos al final de la década, del siglo y del milenio, y con ello al final de nuestro pequeño repaso a la historia de los videojuegos a través de la publicidad. La situación del mercado de los videojuegos por aquel entonces estaba en un punto de inflexión que marcaría los siguientes años. Con PlayStation dominando prácticamente sin rival el mercado, Nintendo siguiendo el ritmo a duras penas con su Nintendo 64, la cual pese a tener un gran calado entre los usuarios, no pudo hacer sombra tanto a nivel de ventas como en catálogo a la consola de SONY (si, todos sabemos que Nintendo 64 es y fue un gran sistema, pero hay que reconocer que la gris de SONY la vapuleó en casi todos los aspectos) y SEGA volviendo a sus viejos errores del pasado, dejando de lado los usuarios de su Saturn mientras ponía toda la carne en el asador con su nueva consola, la Dreamcast.
En el horizonte asomaban ya la sucesora de la exitosa consola de SONY, PlayStation 2 (que llegaría a ser la consola más vendida de la historia), así como la que sería la próxima consola de sobremesa de Nintendo, la Gamecube. Con ello, llegó el asentamiento definitivo de los juegos tridimensionales y también, por suerte para pocos y desgracia para muchos, la paulatina desaparición de los juegos en dos dimensiones como habíamos conocido hasta la fecha, los salones y juegos arcade… y en general la industria con la que muchos habíamos crecido y habíamos visto crecer con nosotros (los sistemas de 16 bits eran ya un mero recuerdo para muchos, y sus juegos podían comprarse casi «al peso» en las tiendas de segunda mano). No queremos decir que, a día de hoy, la industria de los videojuegos sea peor de lo que lo fue en la década de los 80 y 90, de hecho se ha convertido en la principal industria del entretenimiento por encima de la música o el cine, pero si que es diferente a lo que fue en aquellos años. Como siempre, los años comienzan a pesarnos, y la nostalgia nunca ha sido buena consejera.
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18 julio, 2017 a las 2:32 pm
Muy buen artículo me ha gustado mucho, aunque por gusto personal me quedo con los anuncios de la primera parte, me gusta más la época de los 16 bits que la generación de Saturn y Playstation.
También creo que con los años se ha perdido gracia en la publicidad y ahora está todo mucho mas encorsetado, igual que pasa con los juegos actuales se ha perdido mucha imaginación.
Seguir así chicos
18 julio, 2017 a las 2:46 pm
Muy buenas compañero!
Opino exactamente lo mismo que tu, al igual que cada día los juegos actuales son «más de lo mismo» su publicidad me da la misma sensación. Muchas compañías prefieren además promocionarse a través de trailers en plataformas online que con publicidad gráfica como se solía hacer años atrás, algo que por desgracia es cada vez más común.
4 enero, 2018 a las 5:02 pm
Hola, saludos desde Argentina, me trajo muchos recuerdos éste artículo, felicitaciones, era habido lector de revistas españolas como Hobby Consolas en mis tiempos de gamer jajaja, recuerdo mucho esas publicidades, pero la verdad fue q entré a la publicación porque me dio curiosidad ver si volvía a ver una publicidad gráfica de Plastation que consistía en una toma cenital (de arriba) en la que desde el pie de página habían 2 manos un poco sucias y lastimadas, con banditas cubriendo algunas lastimaduras que sostenían un mando de playstation de los grises, pero no recuerdo si era de la serie «todo el poder en tus manos» o si en realidad apareció esporádicamente. Te recuerda haber visto esa publicidad? creo q salió (poco) en Hobby Consolas o la Super Juegos..
16 enero, 2018 a las 12:18 am
Hola compañero! Me alegra ver que desde el otro lado del charco también tenemos lectores, todo un placer!
Recuerdo perfectamente la publicidad a la que te refieres, y creo haberla visto no hace mucho tiempo, voy a intentar localizarla y la incluyo en el post, gracias y espero sigas por aquí!